Trabajo de estudio por Xavier Belda, 2014, Parc d’Estudi i Reflexió Òdena
En el surgimiento de las religiones, los mitos se refieren a la lucha o coexistencia entre opuestos: el orden y el caos, la luz y la oscuridad, la vida y la muerte, etc. En todas las culturas encontramos la «dualidad», entonces surge la evidencia de que ésta, es parte intrínseca de lo humano, al tiempo que es algo que necesitamos resolver. Ello denota una dinámica existencial, un “para qué” de la existencia misma. Así la inmortalidad no quedó resuelta automáticamente como un desenlace ideal previsto, sino que la resolución fue el camino, como vía de ascesis. La lección apolínea por excelencia que se expresó en la famosa fórmula de Delfos: “Conócete a ti mismo”. Pero la interpretación de los mitos es en su aspecto emocional un trabajo subjetivo, en el que todo no ha sido descrito, sino que cada cual será el encargado de hallar los significados. La resonancia interna con el proceso evolutivo es la que nos permite reconocernos en la especie humana. Al hacerlo podemos experimentar que somos parte de algo que trasciende nuestra individualidad. En nuestro avance, captamos la tendencia hacia una Nación Humana Universal; nos parece ver en ello una síntesis del proceso humano, el final de un camino milenario y el comienzo de una nueva etapa. Poco a poco vamos despejando lagunas oscuras del pasado, hasta donde alcanza nuestra mirada. Descubrir ese sentido en la huellas del pasado va más allá de la simple recopilación de datos para convertirse en una pasión que revoluciona a la conciencia y el modo de estar en el mundo. En esas huellas entrevemos un sentido ajeno al tiempo.